..Y llegó el día. Después de una ardua temporada y de volver a demostrarse como el equipo más sólido de Inglaterra, el Manchester United se ha consagrado como campeón de la Premier League por tercera vez consecutiva. Pero la fiesta fue aún más placentera que las anteriores. Es que el conjunto consagrado pudo disfrutar de un título de liga en el Old Trafford después de 10 años y por segunda vez en toda su historia.
El segundo año consecutivo de monopolio del United reafirma el dominio de un excelente grupo de jugadores encabezado por Cristiano Ronaldo. El último Balón de Oro, teóricamente ajeno a los continuos rumores de traspaso al Real Madrid, no ha firmado su mejor temporada y aún con eso le ha bastado para erigirse en máximo goleador provisional de la Premier con 18 goles.
El diseño defensivo de Ferguson pasa por Edwin Van der Sar en la portería, un candado igualmente fiable y engrasado a sus 38 años; el serbio Vidic y el capitán Ferdinand inexpugnables en el eje de la defensa; y Evra en la izquierda con Brown o Heargraves en la banda contraria. Un artefacto fiable, ya que solo el Chelsea ha encajado menos goles que el campeón.
En mediocampo, jugadores rocosos como Carrick o Fletcher (única baja por sanción para la final de la "Champions") tejen el juego junto a jugadores más volátiles como el coreano Park o una leyenda en activo como Ryan Giggs, que lleva casi 20 años afilando con sus tacos la banda de Old Trafford. La exuberancia de Nani o Anderson y la experiencia de Scholes apuntalan la columna vertebral del equipo.
Pero la delantera es el principal vivero de esa calidad que deslumbra desde el "El Teatro de los Sueños" al mundo entero. En los últimos metros, Ronaldo juega arropado por la lucha incansable del argentino Tévez, a disgusto porque el club no ha adquirido sus derechos, por la potencia de Wayne Rooney (12 goles) y por la exquisitez del búlgaro Berbatov (9).
Ferguson ya culminó su proyecto ganador la pasada temporada logrando el doblete Liga y "Champions". El sabio escocés aspira a repetir éxitos y de momento sigue su camino, pero llevar la cuarta Copa de Europa a Manchester pasa por superar al único rival que puede plantarle cara. La respuesta definitiva, en Roma dentro de once días.
